Barbas
Illustration: Katerina Razinkova
En un estado de confusión el discípulo le dice a su Maestro:
- Maestro, creí entregarlo todo en un solo salto, dice. No sabía que se sentía tanto vertigo cuando se acepta el cambio.
- Y le pregunta a su Maestro:
- Maestro, ¿Me ayudas a impulsar? Me das permiso de alzar el vuelo, de navegar en mi barca dorada y volar hacia el arco iris y saltar entre nubes de plata?
- En una profundo y solemne silencio El Maestro se queda observando a su discípulo y como si ya supiera de memoria el recorrido de lo que sigue, el maestro lanzó un soplo con la fuerza del viento y en un lento, pero adorable instante lo impulsó.
- Y el discipulo cambió la solemnidad del instante por una destellante sonrisa. Saltando de alegría y exclamando ¡Infinitas Gracias Maestro! y haciéndole la venia, achiquita a su Maestro y se lo acerca al corazón en un misterioso ritual y en un estado de sublime extasis, de sus ojos empezaron salir estrellas.
Lina Marin
- No podemos vivir de una forma realizada si no logramos construir una divinidad interior.
- Los Maestros nos ayudan a encontrar el camino, pero sólo nosotros podemos recorrerlo.
- Tu eres el discípulo Ecuánime que vino a conciliar, te dice tu voz interior.
- Veo, con mis ojos unidos a los tuyos, el resplandor glorioso de tu íntimo ser.
- Ni cuerpo que tiene un espíritu ni espirítu que tiene un cuerpo, sino materia que se espiritualiza y espíritu que se materializa.
- Nos hacen venerar el reflejo del cielo en el agua, inculcándonos que es pecado mirar hacia arriba.
Alejandro Jodorowsky