Buddha Reflects
illustration: Lina Marin
1. Meditación Con Tu Respiración, Libera, Imagina, Ama:
Deja de hacer lo que estás haciendo. si puedes ve a caminar o recuéstate como para dormir, o sentado en una silla o, simplemente no hagas nada. Muchos ejercicios de meditacion requieren de un asistente poderoso que se llama la imaginación.
2. Eleva tu alma al sol:
Estando confortable, empieza a respirar unas diez veces muy lento, luego respira normal observando las sensaciones de tu cuerpo. (repite las veces que creas necesario hasta que sientas calma) Si quieres pon música suave. Si te distraes con el ruido exterior, no te preocupes, regresa a tu centro y sigue respirando.
3. Luego respira otras diez veces:
O las veces que quieras, siempre y cuando te sientas a gusto, esta vez vas a respirar lento y prolongando las inhalaciones y las exhalaciones, ve aumentando hasta respirar muy profundo conectándote con tus bellos pulmones, Imagina fluir ese bendito aire como grandes olas pasando por todo tu ser. Vuelve a tu respiración normal observando las sensaciones. continúa.
4. A los pensamientos hay que tratarlos como si tuvieran vida:
En vez de obsesionarte tratando de arreglar el mundo o de evitarlos, habla con ellos, hazle preguntas: ¿Para que sirves? ¿estos pensamientos me pertenecen? ¿Esto qué me paso es repetitivo? ¿Es un mal hábito? ¿Quién de mi familia es así? ¿De donde aprendí esto? ¿Cuál es el detonante? ¿Cuál es la razón exacta de mi enojo? ¿Cómo mejorar mi actitud, mi relación con el entorno? ¿Este mal habito lo llevo conmigo por años? etc. Permite que tu mente navegue sin juzgar y mucho menos sin reprimirte o decirte mentiras. No vas a tener respuestas inmediatas pero, las respuestas van surgiendo a medida que sigues avanzando en tu vida, eso si, sin dejar de auto observarte y de hacer este ejercicio, hasta que llegas a un punto que rompes con el mal hábito y, como por arte de magia veras como va mejorando tu existencia. Recomendación: En tu rutina diaria no dejes que los pensamientos te absorban, haz este ejercicio cada que te veas pensando cosas innecesarias.
5. Conversa con tu respiración:
Dile a tu respiración por favor ve a visitar mi desesperación, mi rabia, mi dolor, mi tristeza, mi enfermedad, esa persona, ese día etc. mientras respiras profundo y largo llenando tus pulmones, imaginando que el aire está llegando a esos puntos débiles, diciéndoles te acepto, te amo, gracias por liberarme, por ayudarme a ver, a crecer a vivir mejor, a comprender, a ser mejor persona, a ser mas dulce, abierta etc.
6. Reconoce tu ecuanimidad:
Pide a tus sentimientos, a tu mente y a tu cuerpo y todos tus sentidos que por favor caminen unidos en armonía con tu corazón, tus manos y tus pies. Dile a todo tu ser que te guíe, a tu alma que se sincronice con tus latidos y el flujo de tu torrente sanguíneo, tus pulmones. No dejes de respirar. Posiblemente al empezar sientas un poco de ansiedad o un poco de mareo, es normal, pero si te esfuerzas en continuar vas a empezar a sentir alivio. Ayuda mucho imaginar que se esta en un lindo lugar y que todos esos elementos caminan contigo como agua, sol, aire, naturaleza etc.
7. Aprovecha cuando estes en tu mejor momento:
Incluso en estados de alegría, abundancia, sanidad, equilibrio, belleza, y armonía es fundamental hacer este ejercicio para ayudar a balancear nuestras emociones cuando pasamos por circunstancias negativas ¿por qué? Porque se nos olvida que los extremos no son tan positivos. Es muy bueno sentir alegría, es lo que todos deseamos para el resto de nuestras vidas, pero la vida no funciona así.
8. Permite que la respiración sea plena y cómoda:
Inhala y sostén la respiración por unos diez segundos inicialmente y exhala hasta que tus pulmones estén vacíos (repítelo todo el tiempo que quieras en la posición que te sientas más cómodo) Cuando te sientas estable, alegre y sano recorre tus cuerpos físico, mental, espiritual y cósmico con estas emociones de placer y ve al hígado, al corazón, los huesos, tu torrente sanguíneo, todo tu ser, tu familia, amigos, enemigos y embriágalos de amor, alegría y paz.
- Es necesario sentir rabia frustración, tristeza o desespero y hasta querer desaparecer del planeta de vez en cuando para poder liberar toxinas negativas y así empezar de nuevo. También pasa que en esos estados los pensamientos se salen de control y pensar una y otra vez mucho de lo mismo enferma el cuerpo y, la cabeza duele porque estamos forzando algo que tal vez, va en contra de nuestros sentidos causando confusión. La mente dispersa y ansiosa es un detonante negativo. La rabia al igual que con todos los sentimientos son un discriminador sabio que nos permite reconocer que tenemos que protegernos y mejorar. Se dice que no hay nada que puedas hacer si estás desesperado, triste o enojado aunque, se ha comprobado que en medio de esos estados de ánimo se pueden incubar ideas maravillosas que te pueden llevar a la realización de manera sorprendente.
- Todos gozamos de las mismas virtudes que cualquier ser espiritual que haya existido desde los inicios de la historia de la humanidad. Llámalo Dios, Buda, deidad, Jesús, santo, santa etc. ya sean seres imaginarios, míticos o reales, son creaciones de los humanos. Nuestra genealogía y ADN contienen huellas inolvidables que nos guían, de un modo u otro, a sumergirnos en nuestra esencia más sagrada, nuestra alma o ser interior. Nuestra alma es una luz pura llena de energía. La energía la podemos transformar en estados negativos o positivos. Tenemos dos opciones y, sin excepción alguna, los puntos medios tienden a desvanecer. Tenemos la capacidad de viajar de adentro hacia afuera, de oscuro a claro o, viceversa, si queremos.
- Practicar ejercicios de respiración en cualquier estado emocional ayuda a sincronizar lo externo con un ser interior un poco más estable en los momentos mas difíciles o mas alegres, convirtiéndote en una persona más ecuánime y menos dramática, sin importar lo que suceda a tu alrededor, ademas, sirve para mitigar cualquier dolor que nos este aquejando de momento.
- Pasa que cuando se practica constantemente cualquier ejercicio de respiración con meditación empezamos a sentir alivio y a ver la vida con los ojos del amor y de la consciencia despierta. Haz La Paz contigo mismo primero. La constancia en el hacer marca la diferencia en la vida positivamente.
Lina Marin