Los arcanos menores
Del Tarot se dividen en cuatro palos (o símbolos) que nos ayudan a verlo no como una entidad monolítica sino como un ser provisto de cuatro energías, cada una de ellas dotada de un lenguaje distinto.
Intelectual Espadas, Aire: nuestras ideas, nuestras creencias, nuestras concepciones, nuestra capacidad para pensar el mundo.
Su lenguaje: las ideas.
Si dinámica: concebir, creer, pensar, definir verbalmente lo que es.
Emocional Copas, Agua: nuestros afectos y sentimientos, toda la variedad de emociones que nos vinculan y nos separan de los demás, nuestro aprendizaje individual de las relaciones.
Su lenguaje: los sentimientos.
Su dinámica: la del amor en todas las formas y la de los sentimientos negativos que se aparta.
Sexual, creativa o libidinal Bastos, Fuego: todas las posibilidades de la actividad sexual o creativa que consistan en engendrar un ser o un proyecto, un bebé una obra artística o cualquier otra creación.
Su lenguaje: los deseos.
Su dinámica: crear, aunque también poder, el proceso creativo pasa por fases refractarias que nos enfrentan a la potencia y a la impotencia.
Material Oros, Tierra: todo aquello que nos mantiene con vida, comenzando con nuestro cuerpo, su salud y su equilibrio, la circulación del dinero, el territorio donde actuamos y vivimos.
Su lenguaje: Las necesidades.
Su dinámica: vivir sobrevivir, obrar entre nuestros semejantes.
Disolver y coagular
Esta división nos permite afrontar además otro aspecto del trabajo alquímico: disolver y coagular, es decir aislar los elementos específicos que nos componen para reconstruirnos a nosotros mismos como una unidad fluida, dejando así de concebirnos como una entidad sólida y monolítica movida por fuerzas “misteriosas”.
Alejandro Jodorowsky
Marianne Costa
Metagenealogia