XIIII El Sol

David galchutt

El Sol En Otoño
David Galchutt

Avanza por la mañana de sueños

Nada en la tinta viscosa del incesto, atraviesa el río de la pasión demente, entra en el valle de los parientes muertos, deja que del sexo de tu primer ancestro se levante un árbol sombrío, en medio de su tronco abre la puerta secreta, recorre el sendero inclemente, encuentra el núcleo dorado, funde en él tu máscara, atrévete a despertarme.

Esplendor que desboca

Eje sagrado, rosa del centro, cáliz de plata, soy yo, soy tú, soy tú y yo, la suma de todos los rostros, el ojo invariable, la fontana de sangre, la patria invisible, aquel que brilla más allá de la muerte, el que engendra la vida en las arenas desiertas, el que disgrega tu nombre, cercena las amarras, te libera del espanto, transpasa los círculos.

Mi fulgor no es sólo para ti

También es para quienes nacen de la sarna, hijos del agua en busca de una forma, talentos que no escapan de su nombre, esclavos de abandonos o presencias, maestros incapaces de educar un caos,santos perdidos en las promesas del aire, madres que dan a luz raíces muertas.

Sublime trascendencia de un efímero mundo, el espesor que ilumino es la inmensidad del alma. Como un relámpago, una nube o un suspiro, así es tu vejez, tus males y tu muerte.

Sin aceptar el lamento de la sombra yo te guío más allá del sufrimiento. Renaces en mis llamas, te expandes a dimensiones tenues, llegas al sitio donde todo crece sin esfuerzo, la razón y su enemiga obscura en equilibrio exacto.

Ya nunca más igual a ti mismo

El espacio es tuyo porque es prolongación de tu esperanza, un cristal convertido en fuente, un templo donde cada piedra es hija del silencio,lugar santificado en el que puedes jugar a construir un nuevo mundo, sin miedo, sin daño, sin censura, otorgar un aura a la cabeza inerte, expulsar al verdugo que impera en tu memoria, unir a las dos partes, luz y sombra, agua y fuego, macho y hembra, bajo mis rayos de oro parir al hombre mágico: sus huellas son abismos, sus palabras joyas, dentro de su carne danza el esqueleto. No sabe nada, no posee nada, no aferra nada, no rechaza nada, sólo desea reír.

  • En el fuego de tus límites incinero mi grandeza,
    nunca reveles el secreto de mi perpetuo amor.
  • Bajo mi piel de llamas no hay nadie más que tú,
    es eterna cada gota en la memoria del océano.
  • Faro de los siglos doy la aurora a tus entrañas,
    el corazón del ser cuando se decapita al cuervo
    pierde su negrura y viste el más límpido color.
    Alejandro Jodorowsky
    Arcano XVIIII El So

Tags for post: belleza, caliz, fuego, grandeza, renaces, sagrado, Sombras, XIIII El Sol

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