Hortensia al despertar
Foto: Lina Marin
Cerrar puertas es sanador
Terminar contratos obsoletos nos libera. Te puedes convertir en tu peor yo ante los ojos de una batalla. Cuando se está sumergido en el lodo hasta el cuello, la mirada se nubla y el cerebro no comprende. Se llega al punto de no darse cuenta de lo que se sufre con ciertas situaciones y personas. Sólo hasta que, por alguna razón que no entendemos de momento, la vida nos empuja y por fuerza mayor nos salimos del fango.
Hasta aquí llegue
En el instante en que decidimos decir no más, se acabo, finito, hasta aquí llegue con la miseria causada por las batallas sin sentido, a causa de y por cuenta de otros, es cuando realizamos que estábamos en el lugar equivocado, que había un patrón repetitivo por sanar, unos malos habitos que corregir, una neurosis familiar para analizar, que la verdadera esencia de tu vida es valiosa y que todos los seres que amas y te aman están por encima de todo. Ampliamos la mirada, el mundo de las ideas florece y la vida la observamos con mejor perspectiva. Hundimos la mirada directo al corazon con ojos de compasión por nosotros mismos. Seguros de haber dado un paso importante, con la certeza de que salirnos del lodo fue lo mejor que nos pudo pasar, y con la grandeza de la humildad al reconocer los errores cometidos y las fallas que tuvimos para superarse y ser la mejor versión de nosotros mismo.
Cerrando ciclos
Después de cerrar un ciclo siempre vamos a reencontrarnos con lo mejor de nosotros mismos, con nuestra más noble belleza, nuestro ser esencial. Felices de lo que somos, de lo que estamos siendo y de lo aprendido, inclusive por el dolor sufrido.
Cerrar ciclos inclusive con la familia
Sentir la necesidad de terminar cualquier relación, inclusive con la familia, que nos disminuya en felicidad y bienestar, es un buen ejercicio mental que deberíamos practicar imaginariamente hasta sentirnos cómodos en nuestra piel para liberarnos en la realidad. Libres de cargas innecesarias, como el ave fénix resurgimos de las cenizas, más fuertes, creativos, amorosos, serenos y armoniosos.
Lina Marin